El premio Nobel de Fisiología o Medicina 2013 lo compartieron James E. Rothman, Randy W. Schekman y Thomas C. Südhof «por sus descubrimientos de la maquinaria que regula el tráfico de vesículas, un sistema de transporte esencial en nuestras células». Las células producen moléculas tales como hormonas, neurotransmisores, citoquinas y enzimas que deben ser transportadas en vesículas y entregadas en otras zonas del interior de la célula o exportadas afuera en el momento adecuado. Las vesículas, miniburbujas rodeadas de membranas, portan la carga entre los orgánulos internos o se funden con la membrana de la célula liberando la carga al exterior. Rothman descubrió la maquinaria que permite a las proteínas de las vesículas, liberadas de la red, fundirse con sus dianas para transferir su carga; Schekman, el conjunto de genes necesarios para el tráfico de vesículas; Südhof, las señales que indican a las vesículas cómo liberar su carga con precisión.
James E. Rothman (1950, Haverhill, MA, USA) se doctoró en la Harvard Medical School en 1976 y en 1978 empezó su investigación sobre las vesículas de la célula en la Stanford University in California. Desde 2008 es profesor en el Departamento de Biología Celular en la Yale University in New Haven. Trabajando con células de mamíferos descubrió que son las proteínas de la vesícula y de la diana las que permiten enlazarse a las membranas; pero estas solo se fusionan si las proteínas forman una combinación específica que asegure que la carga se transfiere a un destino preciso. Este proceso se cumple tanto en el interior como en el exterior de la célula.
En su discurso del Nobel, titulado «El principio de la fusión de las membranas en las células», ilustrado con gran cantidad de diapositivas (una práctica ya común a todos los investigadores), Rothman se preguntó: ¿Cómo se libera la carga correcta en el lugar correcto en el tiempo correcto? Y pasó a explicarlo. En principio, las proteínas elaboradas en el retículo endoplasmático son transportadas en vesículas hasta la superficie de la célula, donde tiene lugar el acoplamiento de las proteínas v-SNARE y t-SNARE. (En la terminología establecida por Rothman, las proteínas SNARE -cepo- son las que se entrelazan, donde ‘v’ indica vesícula y ‘t’ target -diana-). El mecanismo químico físico de fusión de las membranas fue sugerido por la estructura deducida por rayos X del complejo proteínico SNARE, dijo Rothman. Dicha estructura reveló la existencia de cuatro hélices alfa paralelas, pertenecientes a las vesículas pre y postsinápticas, que se entrelazan en un broche que fuerza a las dos bicapas de las dos membranas a formar una especie de cremallera que resulta en fusión. A este mecanismo lo llamamos SNAREpins y medimos directamente la fuerza que fusiona las bicapas. Comprobamos que la fusión es rápida, entre 10 – 100 milisegundos, y espontánea; una SNAREpin es suficiente, pero se requieren múltiples pins para una fusión óptima. El tiempo requerido para el proceso total es de unos 50 – 100 mseg. Luego, la enzima NSF ATPasa recicla las SNAREs que han fallado en la fusión, desliándolas. La liberación de los paquetes de neurotransmisores por fusión de las vesículas sinápticas en las terminales del nervio son disparadas por la entrada de iones calcio (cuyo sensor es la hélice alfa sinatotagquina) tiene lugar en menos de 1 mseg, aclaró Rothman. Y se despidió mostrándose en una foto con todo el personal de su laboratorio.
Randy W. Schekman (1948, St. Paul, MN, USA), hijo de familia alemana, se doctoró en la Universidad de Standford en 1974 bajo la supervisión de Arthur Kornberg, premio Nobel de Química 1959. Al mismo Departamento se unió Rothman pocos años después. Schekman es profesor de Biología Molecular y Celular en la Universidad de California, Berkeley, así como investigador en el Howard Hughes Medical Institute. En 1976 empezó a estudiar independientemente el tráfico de moléculas en el interior de las células. Trabajando con células de levadura, identificó tres clases de genes que controlaban diferentes aspectos del sistema de transporte en la célula. Los genes descubiertos expresaban proteínas que coincidían con las que Rothman había identificado en células de mamíferos, lo que puso de manifiesto el origen evolucionado del sistema de transporte.
En su lección del Nobel, titulada «Genes y proteínas que controlan (y organizan) la ruta secretora» explicó que la ruta comienza en el retículo endoplasmático del núcleo celular, desde donde las proteínas son transportadas en vesículas hasta el aparato de Golgi y, desde allí, las vesículas son dirigidas y acompañadas hasta la diana. Schekman resumió en tres conclusiones principales sus cuarenta años de trabajo: 1.- La unión de la sustancia segregada y la membrana plasmática están ligadas física y funcionalmente a través de una serie de necesarios orgánulos intermedios. 2.- La translocación (cambio, eliminación de histidina en la célula) de los polipéptidos y la maquinaria del tráfico de vesículas se ha conservado en mil millones de años de evolución. 3.- El COPII ( coat complex protein II, un complejo proteínico de revestimiento) ordena las moléculas de la carga mediante el reconocimiento de las señales de transporte y deforma la membrana para crear vesículas acompañantes. Más económico y claro no se puede exponer. Schekman se despidió diciendo que las conexiones entre los descubrimientos básicos y la aplicación práctica médica es ahora más tangible que cuando empezó su trabajo independiente.
Thomas C. Südhof (1955, Gotinga, Alemania) se doctoró en la Universidad de Gotinga en neuroquímica en 1982. Desde 2008 es profesor de Fisiología Molecular y Celular en la Universidad de Stanford. Südhof, tras estudiar la maquinaria de la liberación de los neurotransmisores descubierta por Rothman y Schekman, se preguntó cómo se controlaba con tanta precisión esa liberación. Encontró que las proteínas sensibles a los iones calcio eran responsables de la apertura de la cremallera resultante de la fusión entre membranas que facilitaba la emisión del neurotransmisor.
En la parte final de su discurso de aceptación del premio Nobel, titulado «La maquinaria molecular de la liberación de neurotransmisores», Südhof hizo un repaso de los descubrimientos efectuados en este campo y un análisis de los problemas que le parecían pendientes. Esto es lo que dijo. Los tres niveles de la liberación que hemos estudiado: –fusión de la membrana; disparo de Ca2+ en la fusión; organización de la maquinaria de la fusión controlada por el Ca2+ en la zona activa– forman una jerarquía de procesos interdependientes. Como una muñeca rusa, estos tres niveles están anidados unos en otros, con la fusión de la membrana en lo más interno y el andamiaje de una máquina sencilla en la capa exterior. Nuestro trabajo, junto al de otros, cubre un mecanismo plausible que explica cómo la membrana de la vesícula sináptica y la membrana plasmática llegan a fusionarse rápidamente durante la emisión (liberación ) del neurotransmisor, cómo esa fusión es disparada por los Ca2+, cómo estos procesos son organizados espacialmente en la terminal presináptica, y cómo la apertura de los canales de Ca2+ por un potencial de acción permite la transmutación rápida de la señal entrante del Ca2+ en un suceso de fusión. Además, la maquinaria de liberación del neurotransmisor que descubrimos da cuenta de la impresionante velocidad y precisión de la liberación disparada por los Ca2+. Más aún, el diseño total de esta maquinaria y la identificación de los dominios reguladores, sugiere mecanismos para explicar la dramática plasticidad a corto y largo plazo de la liberación, lo que juega un papel central en la determinación de las propiedades del circuito. No obstante, permanecen sin aclarar muchas cuestiones importantes. Por ejemplo, ¿ cuáles son los mecanismos químico físicos que fundamentan la fusión de la membrana, cuán precisos son los trabajos de las proteínas SNARE y SM, cuál es el papel de la maquinaria de fusión aquí descrita en desórdenes como la enfermedad de Parkinson, cómo llevan a cabo las terminales presinápticas los cambios estructurales a largo plazo durante la plasticidad, y cuál es el papel de la plasticidad a largo plazo? Aún más, ¿ qué mecanismos ejecutan varios tipos diferentes de sinapsis, por ejemplo, por qué las sinapsis inhibidoras exhiben a menudo una probabilidad de liberación más alta que las sinapsis excitantes, y qué mecanismos confieren distintas formas de plasticidad a diferentes tipos de sinapsis? ¿ Cómo se alinea con precisión la zona activa presináptica, y cuál es el tamaño de una sinapsis regulada? Mucho queda por hacer, ¡ espero ver al menos algunas de estas intrigantes cuestiones resueltas en lo que me queda de vida!