Hermann STAUDINGER (Worms, 1881 – Friburgo, 1965) recibió el premio Nobel de Química de 1953 “por sus descubrimientos en el campo de la química macromolecular”. Fue ayudante del Profesor J.Thiele en Halle, profesor de química orgánica en 1907 en Karlsruhe y en 1926 en la universidad de Friburgo hasta 1951 cuando, con 70 años de edad, pasó a ser el jefe del Instituto de Investigación de Química Macromolecular. Staudinger, un escritor prolífico, publicó varios libros, editó una revista y escribió numerosos artículos, en todo caso tratando sobre las grandes moléculas y la Biología. En su conferencia del Nobel, titulada “Química Macromolecular”, definió las macromoléculas como aquellas que están constituidas por mil átomos o más y tienen un peso molecular del orden de 10000, aunque pueden llegar al millón y más. Me he dedicado a su estudio desde el año 1920, dijo. A continuación expuso una clasificación de las sustancias macromoleculares: Sustancias naturales (hidrocarburos como el caucho, polisacáridos como la celulosa, ácidos nucleicos, proteínas, etc.); productos de la conversión de las sustancias naturales (caucho vulcanizado, etc.); materiales sintéticos (plásticos). Prosiguió indicando los diferentes métodos por los que pueden obtenerse los productos macromoleculares: Polimerización (por ejemplo, poliestireno); policondensación (por ej. poliamidas); poliadición (poliuretanos). Sobre las disoluciones de macromoléculas dijo que no son monodispersas, sino de tres clases: dispersiones coloidales no dializables, dispersiones groseras visibles al microscopio y dispersiones de partículas de bajo peso molecular dializables y no visibles al microscopio. Las disoluciones coloidales las clasificó en dispersoides, coloides micelares, coloides moleculares y asociaciones macromoleculares. Para el estudio de las estructuras señaló los procedimientos siguientes: Rotura de las macromoléculas y determinación de los pesos moleculares de los fragmentos; transformación de las macromoléculas en polímeros análogos (caucho en clorocaucho, por ejemplo); comparación entre estructuras esféricas y filamentosas; grado de polimerización y propiedades físicas; medidas de la presión osmótica, difusión, viscosidad, etc. de las disoluciones. Finalizó enfatizando sobre la complejidad del campo. Dijo que el número de isómeros posibles de una proteína de peso molecular 100000 constituida por veinte aminoácidos era mayor que el número de moléculas de agua en los mares de la Tierra.
Karl ZIEGLER (Helsa, 1898 – Mülheim, 1973) y Giulio NATTA (Imperia, 1903 – Bérgamo, 1979) compartieron el premio Nobel de Química de 1963 “por sus descubrimientos en el campo de la química y la tecnología de los altos polímeros”.
Karl ZIEGLER se doctoró en Marburgo en 1923 y en 1943 fue director del Kaiser Wilhelm Institute (luego Max Planck) para la investigación del carbón. Antes, en 1928, explicó las reacciones de la síntesis del caucho y, más tarde, sintetizó los compuestos organolíticos, más reactivos que los magnesianos de Grignard. Después de la Segunda Guerra Mundial se concentró en los compuestos orgánicos del aluminio y en la síntesis de los plásticos. Antes que él, la empresa británica ICI obtenía polietileno uniendo al azar las pequeñas moléculas de eteno mediante el empleo de muy altas presiones y agitación en autoclave. El polímero final, de baja densidad, se usaba y se usa para envolver y empaquetar. Cuentan que Ziegler, mientras estudiaba la polimerización del eteno, empleó un reactor no demasiado limpio con restos de níquel y encontró que el proceso se inhibía, lo que le condujo a la investigación de la acción de los metales. No mucho tiempo después, descubrió que cuando utilizaba un catalizador mezcla de tetracloruro de titanio y trietilaluminio obtenía una polimerización rápida a presión atmosférica. El polietileno resultante presentaba unas propiedades distintas del de ICI: fundía a temperatura más alta y tenía una mayor densidad, por lo que se empleó y se emplea para la fabricación de vasos, botellas y juguetes. Ziegler había logrado un polímero de estructura lineal, mientras que el de ICI tenía ramificaciones. En su conferencia del Nobel, titulada “Consecuencias y desarrollo de un invento”, Ziegler expuso, utilizando grandes mapas, la explosión ocurrida hasta 1963 en Europa y en el mundo tanto en las aplicaciones industriales como en la producción fabril de materiales de alto peso molecular (plásticos) y de moléculas sencillas (alquilaluminio y otros). También dio una amplia lección sobre como sintetizó alquilalumino, de sus investigaciones con TiCl4 y con sales de Zr, V, Cr, Mo y Co, que resultaron efectivas, así como sobre el ignoto comportamiento del níquel. Citó el trabajo de su colega, el italiano Natta, sobre la polimerización estereo específica, y como había conseguido polímeros atácticos, isotácticos y sindiotácticos, nomenclatura ideada por la señora Natta.
Giulio NATTA se doctoró en el Politécnico de Milán en 1924 y fue profesor de química en las universidades de Pavía , Roma y Turín. En 1938 era director de investigación de Química Industrial en Milán. Su actividad industrial comenzó con las síntesis de metanol, formaldehído, butiraldehído y ácido succínico. En 1957, en conexión con la firma Montecatini y empleando los catalizadores Ziegler, fabricó polipropileno isotáctico a escala industrial en forma de fibras, películas y monofilamentos. En la conferencia del Nobel, titulada “De la polimerización estereo-específica a la síntesis autocatalítica de macromoléculas”, expuso su andadura investigadora. Comenzó afirmando que no atribuyó la estructura cristalina de los polímeros a un mayor peso molecular, sino a una conformación estérica diferente y lo demostró con análisis de rayos X; además, observó que podían existir carbonos asimétricos y, por tanto, enantiomorfos. Exhibió modelos de polímeros de vinilo con sus cadenas de monómeros unidos ‘cabeza a cola’ mostrando las diferencias entre los atácticos, isotácticos y sindiotácticos. También demostró que los polímeros cristalinos isotácticos tenían una estructura helicoidal análoga a la encontrada para la alfa-queratina por Pauling y Corey. A continuación expuso, por pasos sucesivos, el curso de sus investigaciones. En principio se dedicó a la determinación por rayos X de la estructura de los polímeros estereo-regulares: homopolímeros como el poliestireno isotáctico y copolímeros lineales formados por bloques. Después consiguió un gran número de polímeros estereo-regulares empleando en cada caso catalizadores adecuados que contenían Al, Be, Li o metales de transición: por ejemplo, obtenía polímeros del butadieno cis o trans, de propiedades físicas diferentes, según el catalizador. También obtuvo polímeros estereo-específicos con monómeros no hidrocarburos, como el acrilonitrilo, empleando catalizadores de Al y Mg. Finalmente, informó de que había conseguido polímeros ópticamente activos por polimerización de monómeros con carbonos asimétricos. Y añadió una extensa bibliografía de más de cien citas múltiples.
Paul J. FLORY (Sterling, 1910 – Big Sur, CA, !985) recibió el premio Nobel de Química en 1974 “por sus logros fundamentales, tanto teóricos como experimentales, en la química física de las macromoléculas”. Era hijo de un pastor protestante y de una maestra descendientes de alemanes. Se doctoró en 1934 y entró a trabajar en el departamento de investigación de la Dupont Co. dirigido por W.H.Carothers, el inventor del nylon y el neopreno. Cuando este murió, en 1937, Flory se fue a la universidad; durante la guerra colaboró en la producción del caucho. Después de pasar por las compañías Standard Oil y Goodyear, fue profesor en la Universidad de Cornell (1948) donde publicó el libro ‘Principios de la Química de Polímeros’. Desde 1961 hasta 1976 enseñó química física en la Universidad de Stanford y publicó, en 1969, el libro ‘Mecánica Estadística y Moléculas en Cadena’; después fue emérito. En la conferencia de aceptación del Nobel, titulada “Configuración espacial de las cadenas macromoleculares” trató de explicar cómo relacionaba matemáticamente las propiedades de las macromoléculas naturales y sintéticas con sus configuraciones espaciales. Comenzó considerando que en una cadena lineal hay ángulos y rotaciones, éstas sujetas a los enlaces y sometidas a las interacciones estéricas, por lo que para estudiar la configuración es preciso que la macromolécula esté libre, en disolución diluida. En estas condiciones se pueden estudiar matemáticamente las relaciones entre la constitución química y las propiedades de los polímeros, considerando las propiedades termodinámicas de las disoluciones y, si acaso, su analogía con los gases reales. Flory tiene en cuenta lo que llamó el ‘volumen excluido’ : la cadena no puede adoptar una configuración en la que dos de sus partes o segmentos ocupen el mismo espacio y esto puede ser tratado matemáticamente, como en un gas real, considerando las trayectorias libres de interacciones. Si se anulan las interacciones entre segmentos, el volumen excluido es cero y el segundo coeficiente del virial es cero: es el ‘punto theta’ (o punto Flory) que puede determinarse con medidas de presiones osmóticas, de dispersión de la luz con la concentración, del punto de precipitación en función del peso molecular, de viscosidades intrínsecas de fracciones, etc. Las contribuciones de estas magnitudes a la configuración pueden calcularse con los métodos matemáticos de la mecánica estadística clásica. El análisis de las configuraciones espaciales realizado se refiere a una molécula aislada com existe en una disolución diluida, pero ¿es aplicable a las moléculas en un polímero amorfo sin disolventes?, se preguntaba Flory. Lo será, decía, para moléculas flexibles; no obstante pueden surgir numerosas configuraciones.