Victor GRIGNARD (Cherburgo, 1871 – Lyon, 1935) ganó la mitad del premio Nobel de Química de 1912 “por el descubrimiento del reactivo de Grignard, que ha supuesto un gran avance en la Química Orgánica”. En efecto, con el magnesio como intermediario logró importantes síntesis para la ciencia y la industria. En su conferencia de aceptación del Nobel titulada “Uso de compuestos organomagnesianos en química orgánica preparativa” contaba que unos compuestos organometálicos funcionan y otros no, unos son demasiado estables (los de Hg) y otros demasiado lábiles (los de Na y K); los de Zn funcionan, pero son inflamables. El profesor Barbier de la Universidad de Lyon recomendó a Grignard que preparara, para su tesis doctoral, haluros de alquilmagnesio por el método de Henri Moissan, pero él encontró que el magnesio en éter anhidro atacaba a los haluros de alquilo de manera completa a temperatura y presión ordinarias; como el oxígeno era perjudicial, hizo la reacción en una atmósfera de nitrógeno. Obtuvo un compuesto de fórmula general RMgX , donde R representa un radical hidrocarbonado saturado (alifático, cicloalcano o fenólico) y X un halógeno (I, Br e incluso Cl). Como el halógeno acompañaba en todo caso al magnesio, Grignard los llamó compuestos organomagnesianos mezclados. Los reactivos de Grignard, por ejemplo el CH3MgBr, que es una base fuerte y un nucleófilo fuerte debido al carbanión CH3 , reaccionan vigorosamente con casi todos los grupos funcionales orgánicos, excepto hidrocarburos, éteres y aminas terciarias . Con ellos, Grignard preparó alcoholes, cetonas, cetoésteres, nitrilos, terpenos y fulvenos, e incluso derivados alquilmetálicos en reacciones como las siguientes:
C6H5MgBr + BrCH2 CH2 OH —-> C6H5CH2CH2OH + MgBr2
RMgX + ZnCl2 —-> RZnCl + MgXCl
Además, Grignard estudió la constitución de compuestos insaturados, la condensación de aldehídos y cetonas, el cracking de hidrocarburos y la hidro y deshidrogenación catalítica a presiones reducidas. Y durante la Gran Guerra descubrió métodos, dicen, para preparar fosgeno y para detectar gas mostaza. En 1919 sucedió a Barbier como profesor y en 1929 fue decano de la Universidad de Lyon.
Paul SABATIER (Carcasonne, 1854 – Toulouse, 1941) compartió el premio Nobel de Química 1912 “por el método de hidrogenación de compuestos orgánicos en presencia de metales pulverizados que ha representado un gran progreso de la Química Orgánica en los años recientes”. Sabatier se doctoró con Berthelot en 1880. En su tesis estudió la termodinámica del azufre y de los sulfatos metálicos. Después investigó sobre los coeficientes de reparto y los espectros de absorción de sulfuros, cloruros, cromatos, óxidos de nitrógeno, ácido nitrodisulfónico y sus sales. En la lección que impartió con motivo de la concesión del Nobel, que tituló “El método de la hidrogenación directa por la catálisis”, contó lo más trascendente de sus trabajos. Después de reconocer la ayuda de sus discípulos habló de las aplicaciones y mecanismos del método. Dijo que utilizando un flujo de hidrógeno naciente y níquel finamente dividido había conseguido transformar benceno en ciclohexano (a 180ºC), hidrocarburos etilénicos y acetilénicos en saturados, nitroderivados en aminas, aldehídos y cetonas en alcoholes, dióxido de carbono en metano y muchas reacciones de hidrogenación más, unas fáciles y otras delicadas, pero todas había que realizarlas a la temperatura adecuada y con el níquel tan puro como fuera posible. Algunas reacciones tuvieron un impacto industrial importante, por ejemplo, la hidrogenación de vapores de ácido oleico (un líquido) a esteárico (un sólido) en presencia de níquel en suspensión y de gas hidrógeno, que dio lugar a la producción del clínicamente controvertido alimento llamado margarina. (La hidrogenación industrial de los aceites se realiza en grandes depósitos a presiones de 2 – 10 atmósferas y 110 -190ºC en presencia de 0,03 – 0,10 % con respecto al aceite de níquel finamente dividido). Sabatier también demostró que había otros metales con capacidad catalítica y que el tratamiento de algunos de ellos (como el cobre pulverizado tratado a 250 – 300ºC) podía transformarlos en agentes de deshidrogenación. Asimismo, probó compuestos metálicos y encontró que el dióxido de torio actuaba como deshidratante.
Paul Sabatier fue profesor de química en la Universidad de Toulouse desde 1884 hasta su retiro en 1930, pero continuó dando clases hasta su muerte, antes había renunciado a suceder a Moissan en la Sorbona.
Alfred WERNER (Mulhouse, 1866 – Zurich, 1919) recibió el premio Nobel Química en 1913 “en reconocimiento a su trabajo sobre los enlaces de los átomos en las moléculas, que ha iluminado posteriores investigaciones y abierto nuevos campos de investigación, especialmente en química inorgánica”. Werner se doctoró en la Universidad de Zurich en 1892 con el estudio del ordenamiento espacial de un compuesto nitrogenado: en el nitrógeno, concluyó, los enlaces de valencia están dirigidos a los vértices de un tetraedro y el cuarto vértice está ocupado por el átomo de nitrógeno. Después de trabajar con Berthelot en París volvió a Zurich, donde en 1895 adquirió la nacionalidad suiza y fue, en la Universidad, un exitoso profesor de química orgánica primero y de inorgánica en 1902. Su nombre está asociado a la teoría de la coordinación, teoría que establece el concepto de valencia variable, dependiente del compuesto, y que expuso en su conferencia del Nobel, titulada “Sobre la constitución y la configuración de compuestos de alto orden”. Los compuestos inorgánicos moleculares, dijo, contienen átomos centrales alrededor de los cuales se sitúan otros átomos, radicales o moléculas formando una distribución espacial geométricamente sencilla. La cifra que expresa el número de especies agrupadas alrededor del átomo central lo denominó Werner ‘número de coordinación’, siendo los más importantes: 3, 4, 6 y 8. El número de coordinación 6, que corresponde a los vértices de un octaedro, es el que presentan los compuestos de fórmula Me(NH3)6Xn donde Me, el átomo central metálico, puede ser Co, Cr, Pt y otros, X un halógeno y las moléculas de amoniaco pueden sustituirse total o parcialmente por agua. En la coordinación 4, la geometría corresponde a un tetraedro, como en el ion cobaltotetramin dicloruro Co(NH3)4Cl2+ . En este compuesto Werner descubrió la existencia de dos isómeros, uno de color violeta y otro verde, lo que supuso una extensión de la asimetría de van’t Hoof y Le Bel a otros átomos distintos del carbono : existían compuestos de cobalto, cromo y rodio ópticamente activos.
Según Werner, los átomos no se unen tan sólo mediante enlaces iónicos y covalentes, sino que pueden reunirse alrededor de un átomo central de acuerdo con afinidades direccionales. Estas inconcreciones se encargó Linus Pauling de clarificarlas unos años después. Werner fue un jugador aficionado al billar, al ajedrez y a las cartas. Tuvo problemas de arteriosclerosis y murió a los cincuenta y tres años de edad.