Melvin CALVIN (St.Paul, MN, 1911 – Berkeley, CA, 1997) recibió el premio Nobel de Química en 1961 “por su investigación sobre la asimilación del CO2 en las plantas”. Melvin, hijo de emigrantes rusos, se doctoró en 1935 en la Universidad de Minnesota bajo la dirección de George A. Glocker con una tesis sobre la afinidad electrónica de los halógenos. Tras pasar por la Universidad de Manchester (England) donde trabajó con M.Polanyi sobre catálisis en quelatos metálicos, Investigó en la Universidad de California Berkeley con G.N.Lewis (1937) en el comportamiento de las moléculas orgánicas. En su disertación del Nobel, titulada “El ciclo del carbono en la fotosíntesis” empezó diciendo que sus trabajos anteriores le sirvieron para enfrentarse con la reacción de reducción que había sido citada por Emil Fischer hacía ya casi sesenta años:
CO2 + H2O = (CH2O)n +O2 en la clorofila de las plantas verdes y con luz solar.
Calvin empleó C14 como trazador y el alga verde unicelular chlorella. Tenía que llevar a cabo el experimento con rapidez, ya que con el tiempo el C14 podría encontrarse en casi todas las sustancias del tejido del alga. Dispuso las algas en suspensión, con CO2 e iluminación, en un aparato con un tubo de salida que volcaba el material sobre alcohol metílico caliente. En ese tubo inyectaba *CO2 de manera que el carbono radiactivo estuviese sólo 5 segundos operando sobre las algas, que al entrar en contacto con el alcohol morían al instante. Después, las extraía, trituraba y filtraba. En la cromatografía bidimensional en papel obtenía manchas: analizando las manchas radiactivas concluyó que el compuesto marcado era el 3-fosfoglicerato (PG), que se producía a partir de la ribulosa-1,5-difosfato (RDP), según la reacción: RDP + CO2 + H2O = 2 PG. Y el RPD debe formarse constantemente a partir del PG mediante la reacción: PG + 2 H = TP (fosfato de triosa) con la energía aportada por el ATP (adenosin trifosfato). A continuación, TP + TP = RDP + carbohidratos. Esta es, muy resumida, la denominada ‘fase oscura de la fotosíntesis’ o ‘ciclo de Calvin’. Por supuesto, en su conferencia del Nobel, Calvin expuso el impresionante ciclo completo que, por otra parte, puede encontrarse explicado en los buenos libros de bioquímica.
Peter Dennis MITCHELL (Mitcham,UK, 1920 – Bodmin, UK, 1992) recibió el premio Nobel de Química en 1978 “por su contribución a la comprensión de la transferencia de energía en biología mediante la formulación de la teoría quimiosmótica”. Peter, ateo por parte de madre, se implicó en la mejora de la cooperación entre gentes independientes. Se doctoró en Cambridge en 1951 con un estudio sobre el modo de actuar de la penicilina. Entre 1955 y 1963 fue director de química y biología en el Departamento de Zoología de la Universidad de Edimburgo y, en 1964, director de investigación del Glynn Research Lab. Mitchel tituló su lección de aceptación del Nobel “El concepto de cadena respiratoria de David Keilin y sus consecuencias quimiosmóticas”, dejando clara su intención de homenajear al desaparecido descubridor de la importancia de los citocromos como transportadores de electrones en la respiración celular aeróbica. En las plantas y animales el 95% de la energía se guarda y transporta por la molécula ATP (adenosin trifosfato). El ATP se forma en el proceso denominado fosforilación oxidativa, que consiste en la transferencia de electrones desde el NADH (nicotin amido adenin dinucleótido, forma reducida) hasta el O2. La transferencia se produce a lo largo de una cadena de transportadores de electrones: FADH2 (flavin adenin dinucleótido, forma reducida), coenzima Q y los citocromos (proteínas con grupo protético hemo). El ATP, que se genera a partir del ADP (adenosin difosfato) en tres lugares de la cadena, es una especie de depósito de energía capaz de cederla a los sistemas reactivos que lo necesiten. Pero, ¿cómo se construye y rompe el ATP? Los sistemas respiratorios que producen la fosforilación oxidativa están localizados en el interior de las mitocondrias. De acuerdo con la hipótesis quimiosmótica de Mitchell, el proceso se basa en un flujo de electrones y protones a través de las dos membranas mitocondriales de las células. Los transportadores de electrones de la cadena respiratoria están orientados con respecto a las dos caras de la membrana interna mitocondrial. El flujo de electrones conduce a la liberación de protones, los cuales, mediante una reacción de deshidratación, producen un compuesto covalente rico en energía que al romperse hace posible la reacción: ADP + P = ATP + H2O. Todos estos procesos los explicó Mitchell con profusión de diagramas y concluyó diciendo que parecía crecer el consenso a favor de la teoría quimiosmótica.