2017. Efemérides y la Humanidad en el Universo

El Reino Unido (RU) ingresó en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1973, siete años después de ser creada. En el 2013, la ahora llamada Unión Europea (UE) la componen 28 países con la incorporación de Croacia y alcanza la cifra de 508 millones de habitantes, más que EEUU y Rusia juntas. El RU tiene 65,8 millones de habitantes, que suponen el 13 % de la UE 28. El Gobierno conservador del RU convocó un referéndum de salida de la UE denominado popularmente Brexit, en el que el 48 % votó a favor de la permanencia. Ahora, el gobierno de la ‘premier’ Theresa May se enfrenta a unas negociaciones harto onerosas y a un futuro que, sin duda, empequeñecerá al RU económica, política y militarmente.

La ruta del independentismo la iniciaron los escoceses, perdiendo un referéndum de independencia del RU, siguió el Brexit y continuó Cataluña, que convocó un referéndum de secesión contrario a la Constitución Española y al propio Estatuto de Autonomía catalán. El Tribunal Constitucional, a requerimiento del Gobierno, lo acusa de ilegal, pero la consulta se celebra en condiciones restrictivas. Pocos son los contrarios a la secesión que van a votar, por lo que la participación es muy baja y la mayoría de síes a la independencia, amplísima. El Parlament de Cataluña, en ausencia de la oposición (casi la mitad de la Cámara) proclama la independencia. El Gobierno español, con la ley en la mano y con el apoyo de la mayoría de la oposición, anula la proclamación de independencia y convoca elecciones autonómicas legales. En ellas, ganan los secesionistas en escaños, 70, pero no en votos (47 % aproximadamente). Ellos quieren la independencia basándose en razones sentimentales históricas (hay líderes que lloran porque se la niegan), en que ‘pierden dinero con España’ y en que ‘los países pequeños, como los nórdicos, son los más prósperos de Europa’. ¿Tienen razón los catalanes independentistas? Quizás, si no existiesen países pequeños pobres, si no tuviesen en contra a la propia UE, temerosa de que el ejemplo se transmita. Quizás, si los Bancos catalanes y muchas grandes y medianas empresas no abandonasen sus sedes catalanas para trasladarse a Madrid o Valencia para no perder clientes españoles. La secesión catalana, ¿una aventura futura? La plataforma ‘Barcelona no es Cataluña’ exhibe una supuesta nación que engloba parte de Tarragona, Barcelona y una amplia zona costera a la que llaman Tabarnia. A esta ‘nación’, representada por el autor y actor cómico Boadella, que cuenta con más de seis millones de habitantes frente al millón y pico del resto (Lérida, Gerona y algo más), Cataluña, dicen, la roba, por lo que convocan un referéndum legítimo de autonomía para octubre del 2019 que ganarán ampliamente. La secesión catalana es también una aventura del pasado. El escritor Javier Cercas cita a Agustín Calvet, ‘Gaziel’, que en octubre de 1934 publicó: “Lluís Company lanza una declaración de guerra…fuerza a la violencia al Gobierno (republicano) de Madrid…por un Estado catalán que, dada la existencia de la Generalitat, no se necesita para nada…La Constitución ha sido desgarrada y pisoteada por los mismos que la votaron”.

El odio latente. El odio también en Myanmar. El Ejército de Salvación Rohingya pasó a la acción armada en el 2016 y el ejército birmano contestó desproporcionadamente matando no sólo a los que calificó como terroristas sino a civiles musulmanes rohingyas en una acción denunciada por la ONU como de limpieza étnica. La minoría rohingya huye en masa a refugiarse en Bangladés, pero son detenidos en la frontera. Y allí se quedan, a la intemperie y sin alimentos. La princesa Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la paz en 1991 “por su lucha no violenta a favor de la democracia y de los derechos humanos”, es actualmente Consejera de Estado (equivalente a jefa del Gobierno) de Myanmar, después de que su partido ganase las elecciones frente al régimen militar. Ella dijo que no sabía por qué huían los rohingya. Otros dicen que por qué no le quitan el Nobel.

El ejército iraquí y las fuerzas kurdas, con ayuda militar internacional (incluso española), han derrotado al Estado Islámico (Daesh o ISIS). Haider al Abasi, primer ministro iraquí, anuncia el fin del EI en Irak; pero todos saben que su lucha terrorista continuará.
El día 2 de noviembre de 1917, Arthur Balfour, primer ministro (conservador) del Reino Unido, en plena guerra mundial, declara: “un hogar nacional para el pueblo judío en la Palestina otomana”. Un siglo después continúa la guerra interminable en el hogar de Israel.
¿Leyes contra el odio? El premio Nobel de la Paz del 2017 se le concedió a la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN en siglas inglesas) “por su trabajo para atraer la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias de cualquier empleo de las armas nucleares y por sus esfuerzos para conseguir un tratado que prohíba dichas armas”. Las naciones que poseen armas nucleares, expuestas en orden decreciente al número, son: Rusia, EEUU (entre ambas tienen más del 90 % de las armas), Francia, China, Reino Unido, Pakistán, India, Israel y Corea del Norte. Además, las bombas atómicas de ahora son más potentes que las que arrasaron Hiroshima y Nagasaki en 1945, y las hay de hidrógeno; son artefactos que destruyen indiscriminadamente objetivos militares y civiles. Pero, ¿no impide el efecto del terror su uso, como demuestran estos últimos setenta años? Reiss-Andersen, del Comité Noruego del Nobel, recordaba, en la ceremonia de entrega del premio, que 468 ONGs de más de cien países apoyaban a ICAN y mantenían que las armas atómicas no dan seguridad, sino inseguridad, porque ¿dónde quedan los errores humanos, los ‘hackers’ y los terroristas? (Y los líderes locos, apunta el que esto escribe). Actualmente, el Tratado de No Proliferación (TNP) está suscrito por las naciones que más armas nucleares poseen, pero no por las menos tienen, que son Pakistán, India, Israel y Corea del Norte (aunque quizás sean también capaces de arrasar el planeta). Las naciones firmantes del TNP se comprometieron a no seguir fabricando. Para ICAN el marco legal actual es claramente insuficiente y busca un tratado que prohíba las armas nucleares, similar al que prohibía las armas químicas, biológicas, minas antipersonas y bombas racimo, armas que son menos devastadoras que las atómicas. Hasta la fecha de concesión del premio Nobel, 127 naciones habían firmado un acuerdo para prohibir y eliminar las armas nucleares.

El premio Nobel de Física del 2017 lo recibieron Rainer Weiss (1932, Berlín) del MIT, Barry C. Barish (1936, Omaha) del Caltech, y Kip S. Thorne (1940, Logan) también del Caltech “por sus contribuciones decisivas al detector LIGO y a la observación de las ondas gravitatorias”. Es uno de esos raros premios Nobel que se conceden inmediatamente después de la consecución de resultados. Los detectores LIGO (Interferometría Laser de Ondas Gravitacionales) llevaban construidos hacía casi medio siglo pero no habían captado señales. Los tres galardonados también recibieron en el mismo año el premio Princesa de Asturias de las ciencias. Rainer Weiss dijo en el acto de recepción del Nobel: “Hemos medido directamente las ondas gravitatorias predichas hace cien años por Albert Einstein. Estas ondas, que viajan a la velocidad de la luz, constituyen un nuevo método de estudio del Universo, por lo que esperamos que tengan un impacto significativo en el futuro en la astronomía y en la astrofísica. Las primeras ondas detectadas provenían de la colisión de dos agujeros negros, cada uno con una masa de unos treinta soles. Después hemos medido otros cuatro eventos, el más reciente con el LIGO y con el VIRGO, el detector franco-italiano, que nos ha ayudado a localizar el suceso en el cielo. Todos los eventos ocurrieron hace mil millones de años. En el último agosto medimos las ondas de colisión de dos estrellas de neutrones, un suceso que fue también detectado por otros instrumentos astronómicos”. El hecho de que los detectores sean capaces de observar las deformaciones del espaciotiempo producidas por astros menos masivos que los agujeros negros puede servir, en opinión del investigador español Juan García – Bellido, tan positivo como siempre, para el estudio de la materia y la energía oscuras y para testar la teoría general de la relatividad con respecto a la gravedad cuántica.

El premio Nobel de Química 2017 lo consiguieron Jacques Dubochet (1942, Suiza) de la Universidad de Lausana, Joachim Frank (1940, Alemania) de la Universidad de Columbia, y Richard Henderson (1945, Edimburgo) del Laboratorio de Biología Molecular de Cambridge, “por el desarrollo de la microscopía crio-electrónica para la determinación en alta resolución de la estructura de biomoléculas en una disolución”. En su alocución, Dubochet dijo que cuando hizo sus primeras imágenes de moléculas, treinta años atrás, trabajaba con una resolución de 35 angström, pero que “la reciente revolución de la microscopía crio-electrónica es consecuencia de que a 3,5 angström de resolución los átomos son visibles, vemos cómo se sitúan los átomos en las moléculas”. Actualmente se dispone de imágenes tridimensionales de biomoléculas, por ejemplo proteínas, que sirven para estudiar sus mecanismos de acción. Dubochet, con su sentido del humor, confesó que “Nosotros tres somos biofísicos, tres científicos que trabajan en biología con el espíritu de un físico. Aunque nunca hemos sido buenos químicos, hemos recibido un Nobel en Química. Hemos promocionado, de acuerdo con el principio de Peter, hasta alcanzar nuestro nivel de incompetencia, pero creemos que este premio es un testimonio de la unidad de la ciencia”.

El premio Nobel de Medicina o Fisiología correspondió a Jeffrey C. Hall (1945, New York) de la Universidad Maine, Michael Rosbash (1944, Kansas City) de la Universidad Bandreis, y Michael W. Young (1949, Miami) de la Universidad Rockefeller “por sus descubrimientos de los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano”. Rosbash dijo en su intervención que “hemos sido galardonados por nuestros estudios sobre los genes y los mecanismos que subyacen a estos despertadores diarios, que son los mismos relojes para los humanos y para las moscas de la fruta, y afecta a todas las formas de vida del planeta y a casi a todos los aspectos de la fisiología humana”. Hall es un genetista de las moscas y Rosbash un genetista molecular: ambos unieron sus conclusiones. Young hizo, en su ‘lectura’ de aceptación del Nobel, un repaso histórico que tituló: “Viajes en el tiempo: Un periplo de cuarenta años desde los relojes mutantes de la Drosofila a los desórdenes circadianos humanos”. El ritmo circadiano se define como las oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares. Las oscilaciones pueden estar asociadas a los cambios diarios, por ejemplo, de luz y temperatura, o estar espaciadas en el tiempo como el metabolismo, la producción de calor o la floración de las plantas. En la expresión de los ritmos circadianos intervienen procesos hormonales y sus disfunciones se han relacionado con alteraciones del sueño, con depresiones y con trastornos bipolares.

Algunos comentaristas científicos opinan que uno de los próximos premios Nobel de Fisiología o Medicina será concedido a la técnica CRISPR y que una de las personas galardonadas será el investigador español Francisco Mojica, de la Universidad de Alicante. El CRISPR (siglas inglesas de Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas) es una zona del ADN de algunas bacterias que actúa como un mecanismo inmunitario frente a los virus. Cuando el virus inyecta su ARN en la bacteria, las proteínas ‘cas’ son capaces de cortar una pequeña parte, modificándola e integrándola en el ADN bacteriano dentro del conjunto e secuencias CRISPR. Oportunamente, los fragmentos del ADN vírico que contienen las secuencias son utilizados por la bacteria para detectar y destruir virus similares. Dice Mojica que el CRISPR-cas constituye el único mecanismo de defensa pro-cariótico: el microbio emite unas ‘tijeras moleculares’ que destruyen el virus o, dicho de otra forma, los espaciadores de los CRISPR-cas9 reconocen secuencias y guían a la nucleasa cas9 para cortar y degradar los elementos exógenos. Un ARN dirige el cas9 al lugar de la mutación, donde cortan el ADN que después puede ser reparado por la célula. (Además del cas9 existen otras proteínas cas utilizables). En embriones humanos de ocho células es posible, usando la técnica CRISPR-cas, eliminar mutaciones ¿Se conseguirá así eliminar enfermedades hereditarias?

Fallece Jesús Mosterín (1941, Bilbao – 2017, Barcelona) víctima de un cáncer de pulmón provocado por exposición al amianto. Fue catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia, temas sobre los que escribió un diccionario en colaboración con Tonetti. Como matemático se dedicó a la teoría de conjuntos. Escribió estudios sobre Frege, Cantor, von Neumann, Godel y Turing. Mosterin, fiel seguidor de Bertrand Russell, escribió el prólogo a la edición en español de la Historia de la Filosofía (¡en la que no aparece el Occidental del título original!) del filósofo británico. En dicho prólogo, nos cuenta cómo Russell se apeó del idealismo hegeliano y se pasó a la lógica de Frege y al simbolismo matemático de Peano, cómo escribió, en colaboración con Whitehead, los tres enormes volúmenes de los Principia Mathematica, en un (¿fracasado?) intento de reducir a la lógica toda la matemática. Gödel, basándose en esta obra, formuló el teorema de la incompletitud: la imposibilidad de formalizar completamente la aritmética en un sistema consistente de axiomas y reglas de inferencia. Russell, dice Mosterin, también intentó demostrar que la física es reducible a los datos sensibles inmediatos y, como en la lógica, tampoco logró su objetivo; no obstante, “hacer la lista de las influencias de Russell equivaldría a contar toda la historia de la filosofía contemporánea”. Mosterin fue un erudito que se paseó por muchos temas: genoma, bioética de las células madre embrionarias, cosmología, mística cósmica, trato a los animales, etcétera. En política, abogaba por un mundo sin estados nacionales y con fuertes organizaciones mundiales, era liberal en economía y libertario para los individuos. Permanece como ejemplo de intelectual trabajador, honesto y comprometido.

La Reforma

En el 2017 se cumplen quinientos años de la publicación de las noventa y cinco tesis de Lutero que supusieron el comienzo de la Reforma. Las tesis fueron amplia y rápidamente difundidas por la imprenta. Clamaban contra la posibilidad de comprar el perdón de los pecados mediante las bulas papales, equiparaban la eucaristía al perdón de los pecados, avalaban el bautismo como sacramento, pero no admitían que el matrimonio lo fuese. Martin Lutero (1483 – 1546) era un eclesiástico católico agustino que protagonizó el cisma contra la Iglesia de Roma, cisma que implicó tan trágico conflicto nacionalista entre las Europas del norte y del sur, que hubo guerras durante dos siglos. En 1521, el Papa León X le excomulgó por apóstata y en 1525 se casó con la monja Catalina de Bora, con la que tuvo tres hijas y tres hijos. En 1534 tradujo, con la ayuda de seis colaboradores, la Biblia al alemán. Lutero apoyaba a la nobleza, a las oligarquías feudales, incluso en una rebelión campesina que produjo más de cien mil muertos. Era un antisemita visceral: acusaba a los judíos por sus mentiras, injurias y blasfemias y pedía quemar las sinagogas, arrasar sus casas, quitarles sus libros de plegarias, su dinero y obligarles a que trabajasen con el sudor de su frente. Un recetario fielmente ejecutado por los nazis. Lutero fundó la Iglesia luterana, pero fueron apareciendo otras Iglesias protestantes con tantos o más seguidores: anglicanos, calvinistas, bautistas, metodistas, evangélicos y pentecostales, entre otros.

La revolución rusa

Ha pasado un siglo desde la revolución rusa, un siglo desde aquellos ‘diez días que estremecieron al mundo’, como escribió el estadounidense John Reed ¿Qué hacía Trotski en aquellos días? Lev Davidovich Bronstein, León Trotski, nacido en Ucrania en1879 en una familia judía, era un joven estudioso del materialismo dialéctico de Marx y Engels. Más tarde, militando en la minoría menchevique del partido obrero, criticaba a la mayoría bolchevique de Lenin. En 1905, año en el que Rusia se rinde en su guerra con Japón, Trotski, separado del partido, preside el primer soviet (consejo local obrero) elegido en San Petersburgo (después Petrogrado); pero el soviet es disuelto y Trotski exiliado. Los bolcheviques propugnan una ‘dictadura democrática de los obreros y campesinos’, y para lograrla ofrecen a las gentes el sufragio universal, la disolución de los latifundios y la jornada de ocho horas. Trotski va más allá de Rusia. No cree en el triunfo de la revolución si no está apoyada por las masas de otros países, especialmente por Alemania, donde lucha Rosa Luxemburgo. Y grita ‘¡Trabajadores de todo el mundo, uníos!’
Llega 1917 con la revuelta popular contra la Primera Guerra Mundial, con la dimisión del zar Nicolás II, con la reconstitución de los soviets y con la presidencia del social revolucionario Kérenski del Gobierno Provisional de coalición con participación de las clases poseedoras. El gobierno persigue a los bolcheviques y encarcela a Trotski y otros, aunque tiene que liberarlos por carecer de pruebas de su alianza con los alemanes. Los soldados en el frente se rebelan por la paz y proclaman: “¡Cuando la tierra pertenezca a los campesinos, las fábricas a los obreros y el poder a los soviets, sabremos que tenemos algo por lo que pelear y pelearemos!” Y Lenin da un ultimátum: “Todo el poder para los soviets o la insurrección. No hay término medio”. El 17 de octubre (fecha del calendario antiguo), John Reed (todas las citas anteriores y posteriores son suyas) entrevista a Trotski, presidente del Soviet de Petrogrado, quien dice: “El Gobierno Provisional es impotente. La burguesía lo controla. El ejército está con nosotros. Los soviets son la representación popular más perfecta. Apoyados por los soldados de las trincheras, los obreros de las fábricas y los campesinos de aldea son la espina dorsal de la revolución”. Más: “La guarnición de Petrogrado no reconoce al Gobierno Provisional. No obedeceremos más órdenes que las que emanen del soviet de Petrogrado por conducto de su Comité Militar Revolucionario”. Y Kérenski subraya la actividad de Bronstein-Trotski.
Lenin, antes de ocultarse, dijo que la actuación debería ser el 25 de octubre, el día de la apertura del Congreso de los soviets de toda Rusia. Trotski, jefe del Comité, da la orden de asaltar el Palacio de Invierno. El 26 de octubre huye Kérenski mientras detienen a sus ministros. Vuelve Lenin, que sería nombrado presidente del Presidium y de todos los soviets. Trotski, al aceptar el cargo de Negocios Extranjeros, dice: “O la revolución rusa desencadena un movimiento revolucionario en Europa o las potencias europeas aplastan la revolución rusa”.
El 28 de octubre, Kérenski, apoyado por los cosacos, los ferroviarios, que paran los trenes, y los telegrafistas, que no retransmiten, se acerca a Petrogrado. El día 30, Trotski anuncia la derrota de Kérenski abandonado por los cosacos. Trotski escribe a los embajadores aliados en busca de armisticio y paz democrática sin anexiones, a lo que contestan que un armisticio separado con Alemania tendría las más graves consecuencias para Rusia.
En 1918 cae el Káiser Guillermo II en Alemania y acaba la Guerra Mundial. En Rusia, en el mismo año, empieza la guerra civil entre el ejército blanco antibolchevique y el ejército rojo de Trotski. Este gana una guerra con muchos muertos y más pobreza. En 1922, Josif Stalin es el secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética. Su política es ´socialismo en un país’, contraria a la idea de Trotski de extender la revolución proletaria a los países más importantes de Europa y de prevenirse contra la dictadura burocrática. Lenin muere en 1924. Stalin comienza el plan de industrialización y las purgas y Trotski sufre un largo exilio por Turquía, Francia, Noruega y, finalmente México, donde es asesinado en 1940 por el comunista catalán Ramón Mercader, dirigido por el servicio secreto estalinista.

Primer paso: el sistema solar

La Humanidad tiene un enemigo vengativo: la propia Humanidad ¿Se destruirá a sí misma?
El homo sapiens, el animal más inteligente, inventó armas y las empleó para obtener alimento y territorio, luchó contra otros congéneres y mató. Los vencidos que consiguieron huir buscaron vengarse: guerra. Los homo sapiens evolucionaron, se reunieron en naciones y construyeron armas cada vez más letales. Se enzarzaron en guerras de hasta treinta y cien años de duración en las que emplearon explosivos. Y llegaron las guerras mundiales: en la primera se usaron tanques, aviones y gases tóxicos; la segunda trajo el arma definitiva: las bombas atómicas arrasaron dos ciudades japonesas y finiquitaron la contienda porque no había posibilidad de contestación. Pero ahora poseen armas atómicas capaces de asolar el mundo varias veces los Estados Unidos de Norteamérica, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel, Corea del Norte y, posiblemente, Irán, por lo que hay una múltiple posibilidad de contestación. ¿Estamos en estos años, como opinan muchos, inmersos en la tercera guerra mundial? Desde luego hay guerras abiertas entre las grandes potencias y el Estado Islámico, los talibán y los terroristas de todo signo. Además, existe una amenaza de enfrentamiento nuclear entre EEUU y Corea del Norte (con China expectante por si los beneficios) ambas naciones dirigidas por dos niños macarras con un botón rojo para jugar: Trump, un incompetente dotado de mente infantil (hebrefenia) y Kim Jong-un, el obeso desafiante, los dos con su acompañamiento de obedientes secuaces ¿Nos salvará el terror de la destrucción?
La denominada civilización depende de recursos no renovables en camino de agotarse, como el petróleo, que se está obteniendo de prospecciones cada vez más profundas y mediante ‘fracking’, procedimientos que generan una contaminación adicional. Además del empleo como combustible, el aprovechamiento integral del petróleo se consigue con la petroquímica que produce multitud de derivados, entre ellos los plásticos, que acaban en los océanos y en el vientre de los peces. Los desperdicios de todo tipo que son arrojados al mar ponen en peligro el plancton, alimento de peces y renovador de la mayor parte del oxígeno atmosférico ¿Habrá remedio con las energías renovables?
Un ejemplo de corrección ¿a tiempo? lo constituye la sustitución por otros compuestos de los clorofluorcarburos (CFC) empleados en la industria del frío y en aerosoles. Los CFC debilitan la protectora capa de ozono situada a unos veinticuatro kilómetros de altura, que nos defiende de la agresiva radiación ultravioleta, destructora de los microorganismos del suelo y responsable de los cánceres de piel.
Nunca llueve a gusto de todos: hay países con gran deficiencia de agua dulce y otros que contaminan sus aguas con desperdicios, abonos y detergentes. Los nitratos y fosfatos sirven de alimento a las algas y a las bacterias que las descomponen, que al consumir oxígeno destruyen vida ¡En la Tierra hay un mundo de agua para desalar y montañas de hielo para beber!
Un peligro inmediato que está en boca de todos (menos en las de algunos políticos, esos conductores de masas) es el cambio climático producido por el consumo humano. Los combustibles que al quemarlos generan dióxido de carbono, el metano producido por la liberación de gas natural y por la fermentación de residuos orgánicos, y el mismo vapor de agua, impiden la expulsión del calor en forma de radiación infrarroja. El aumento de la temperatura en la Tierra por el efecto invernadero, que según muchos científicos especialistas ya no tiene marcha atrás (aunque todavía puede evitarse que sobrepase ciertos límites), puede acabar no sólo con muchos ecosistemas, sino con la propia vida humana. Ahí está el ejemplo del planeta Venus, el infierno, con un efecto invernadero descontrolado y una temperatura en superficie de más de cuatrocientos grados centígrados. Algunos científicos de renombre abogan por la sustitución de la combustión del petróleo, del gas natural, del carbón y de la madera para la producción de energía, por la energía nuclear que no produce dióxido de carbono ni contaminación química, pero sí residuos radiactivos difíciles de almacenar en depósitos seguros durante el largo tiempo necesario, además del riesgo de accidentes que liberen productos radiactivos. La mejor solución para el suministro de energía a la Humanidad está en la fusión nuclear, la energía de las estrellas, tan difícil de domesticar: unos dicen que es la energía del futuro y otros que siempre lo será.
¿Acabará matándose la prolífica Humanidad? El cura anglicano Thomas Malthus publicó, hacia el año 1800, el libro titulado ‘Ensayo sobre el principio de la población’ en el que advertía del peligro de crecimiento en progresión geométrica del número de habitantes, ya que ”la población aumenta siempre más rápidamente que el aprovisionamiento”. En aquellos tiempos el mundo estaría poblado por unos mil millones de personas; doscientos años después la cifra se ha multiplicado por siete. Estas cifras son aproximadas y proyectarlas al futuro es tarea vana ¿La progresión será aritmética, geométrica o sorprendentemente descendente? Si durante los próximos doscientos años se mantuviese el actual ritmo desenfrenado, la población mundial podría alcanzar el tremendo valor de cincuenta mil millones de personas, una cifra que algunos estiman como el límite que la Tierra podría alimentar “siempre y cuando la distribución de los recursos fuera eficaz y equitativa”. En cualquier caso, la explosión demográfica supone que todos los peligros antes expuestos (guerras, carencia de recursos, efecto invernadero) se agravarán drásticamente con el paso de unas décadas, no de unos siglos.

Las amenazas citadas, tan sucintamente desarrolladas, están tratadas en libros que pueden llenar una abundante biblioteca; unos y otros las resuelven con optimismo o con pesimismo, pero su evolución depende de la propia Humanidad. Mas otros peligros nos acechan por ahí fuera; citemos algunos. El Sol que nos da vida se encuentra hacia la mitad de su existencia en la secuencia principal; hasta dentro de unos cinco mil millones de años no se comerá a la Tierra cuando adquiera la forma de gigante roja, y es de esperar que mientras tanto no se descontrole en su calentamiento. Muchos objetos bombardean la Tierra de continuo, la inmensa mayoría se evaporan en contacto con la atmósfera, pero unos pocos, más grandes, de roca o de hierro, llegan a la superficie. Parece ser que el hielo de un pequeño cometa se evaporó a unos kilómetros de altura y asoló un bosque deshabitado en la región rusa de Tunguska. Las colisiones temibles deben provenir de los asteroides, aunque están vigilados y de momento no se advierte ninguno peligroso. No obstante, ahí está Bennu, llamado el asteroide de la muerte, una condrita carbonácea (que debe contener minerales hidratados y moléculas orgánicas) de casi medio kilómetro de diámetro que podría impactar contra la Tierra si modificase, desafortunadamente, su órbita actual. Ya ocurrió al final del periodo cretáceo: parece demostrado que el choque de un asteroide sobre la Tierra produjo una nube de polvo que oscureció y enfrió la superficie durante tanto tiempo que supuso la extinción de los grandes animales terrestres y buena parte de los oceánicos.

¿Y la madre Tierra? ¿Se enfadará con sus retoños más molestos y los castigará con más erupciones volcánicas, con más terremotos, con más tsunamis, con más inundaciones, con más…? La Humanidad habita en un sistema inestable y hace lo posible para que lo sea más. En general, la gente mira a corto plazo, se detiene, lógicamente, en los problemas cotidianos; pero algunos consideran intervalos de tiempo amplios. Tanto los optimistas como los pesimistas y sobre todos los escritores de ciencia ficción creen que una posible solución consiste en irse a habitar el espacio, en abrir nuevos caminos fuera de este planeta que tenemos ya medio jodido. En realidad, estamos en un planeta situado en una esquina de una galaxia enorme que es una mínima parte de un Universo que, aunque tenga fin, es como si no lo tuviera ¿Adónde ir? En los exteriores de la Vía Láctea (en el centro hay demasiada energía y demasiadas colisiones), según recuentos publicados por los escritores científicos, el astrónomo Carl Sagan y el bioquímico Isaac Asimov, puede haber hasta treinta mil millones de estrellas adecuadas para tener planetas habitables. No obstante, especulan que ‘sólo’ pueden existir “unos seiscientos millones de planetas habitables que contuviesen unas mil trescientas civilizaciones, una en medio millón de planetas con vida, de las cuales la mitad estarían más adelantadas que la Tierra” ¿Por qué no nos visitan ni nos mandan mensajes por microondas? La realidad es que la Tierra está aislada. Si la Humanidad encontrase un planeta habitable, por ejemplo en Alfa Centauri C, la estrella más próxima, situada a una distancia de 4,27 años luz, y si la Humanidad dispusiese de una nave espacial capaz de viajar a 200 km/s (equivalente a 720 000 km/h, velocidad nunca alcanzada) tardaría 6 400 años en llegar al planeta y otros tantos en volver. Cuando llegase podría enviar un mensaje que tardaría cuatro años y tres meses en ser recibido. La nave Pioneer 10, que porta un mensaje grabado en una placa y navega a una velocidad diez veces menor, llegaría a dicha estrella dentro de 64 000 años si fuese en esa dirección. Los astrónomos, que ya son capaces de detectar exoplanetas, creen que el denominado Kepler 452 b tiene unas características posicionales parecidas a la Tierra, pero está a unos 1400 años luz.
Debido a su aislamiento, la Humanidad debe conformarse, por ahora, con visitar y conocer el sistema solar, algo que ya se está haciendo, porque está ahí y porque hay que colonizarlo antes de que lo colonicen otros. El astro más próximo es la Luna, situado a una distancia media de 384400 km, esto es, a unas diez horas de viaje a la velocidad de escape de la Tierra de 11 km/s. El conjunto Tierra – Luna se comporta como un planeta doble cuyo centro de masas se mueve en órbita alrededor del Sol. Su origen, controvertido, dicen que fue debido a una gran colisión entre la Tierra y un protoplaneta del tamaño de Marte: los residuos del choque, por acreción, formaron la Luna. El satélite es una enorme roca sin apenas atmósfera sometido a las letales radiaciones ultravioleta y gamma donde parece imposible que haya habido o haya cualquier tipo de vida; pero tiene agua sólida en zonas de umbría permanente y agua atrapada en cristales bajo la superficie ¿Sería posible que las personas humanas habitasen la Luna? Podrían hacerlo viviendo en cavernas interiores y en cúpulas exteriores especialmente diseñadas. La maquinaria y la mayor parte de los materiales serían llevados desde la Tierra con un coste gravoso. Otra posibilidad de ubicación consiste en la construcción de estaciones espaciales en las posiciones de equilibrio, zonas en las que se compensan las gravedades de la Tierra y la Luna. Son los llamados puntos de Lagrange, en honor al matemático francés que los calculó. Los puntos estacionarios L4 y L5, los de mayor área, se encuentran situados en una órbita superior a la de la Luna, en posiciones simétricas por delante y por detrás de ésta. El transporte de materiales desde la Luna es más barato que en la Tierra, ya que la velocidad de escape es de 2,4 km/s, casi cinco veces menor.
Mercurio es una roca con núcleo metálico. Su atmósfera es casi inexistente y su temperatura muy alta por la cercanía al Sol. Es prácticamente seguro que nunca ha habido y nunca habrá vida en este planeta.
Venus, el lucero de la mañana y de la tarde, es el planeta más próximo. Es gemelo de la Tierra en diámetro, en masa y en gravedad. Está rodeado de una espesa capa de nubes que reflejan la luz del Sol con gran eficacia: el albedo de Venus es del 0,75, por lo que es el tercer astro más brillante del firmamento. Tiene montañas más altas que el Everest, valles y cañones profundos sobre los que llueve ácido sulfúrico generado por el azufre escapado del interior del planeta. La presión en superficie equivale a noventa atmósferas terrestres y la temperatura es de unos 480 grados centígrados. Estos valores infernales han sido provocados por un efecto invernadero descontrolado debido a que el contenido de CO2 de la atmósfera es del 96 % ¿Hubo vida alguna vez en Venus, cuando había agua y otros gases distintos del dióxido de carbono? ¿Será la Tierra totalmente gemelo de Venus en el futuro? Algunos teóricos han estudiado la posible terraformación de Venus para transformarlo en un planeta habitable. Carl Sagan pensó en plantar algas en la superficie para que captasen el CO2; pero traspasar las nubes era misión imposible. Otros han ideado diversos métodos para eliminar la atmósfera incluso mediante cataclismos y oscurecimientos inviables. Y ahí sigue el problema.
Marte es una roca sin núcleo metálico. Se encuentra a una distancia de la Tierra que varía, según las posiciones orbitales, entre 56 y 400 millones de kilómetros. Su atmósfera es tan liviana que la presión en superficie es tan sólo un 1% de la terrestre, por lo que está sometido a radiaciones peligrosas. La temperatura en el ecuador varía entre 27 y -100º C. Al ser más pequeño, tiene menor gravedad que La Tierra. Parece ser que, en el pasado, no tuvo un efecto invernadero apreciable: los gases, dióxido de carbono y agua principalmente, se condensaron en los casquetes polares. Parece posible que el planeta tuviese una era con agua y ríos en la que el clima fuese propicio para la vida ¿Por qué no intentar regenerarlo? Por eso hay vehículos teledirigidos rodando en la superficie marciana (que no han encontrado vida). Se especula calentar Marte provocando un efecto invernadero controlado, pero ¿cómo? Algunos prácticos se atreven a proponer que se explosionen bombas atómicas en los polos para liberar dióxido de carbono y agua además de generar polvo ¡Cosas veredes, mío Cid!
En una órbita superior a Marte se ubica un cinturón de asteroides, el mayor de los cuales es Ceres, llamado planeta enano aunque es más de tres veces menor que la Luna. Puede tener agua en su interior y su temperatura media es de cien grados centígrados bajo cero. También hay cientos de asteroides, el grupo Apolo, que cruzan la órbita terrestre; por ahora no presentan peligro, pero ¿modificarán sus trayectorias por la acción gravitatoria de los planetas? El enorme Júpiter, cuya gravedad es la responsable de la formación de los asteroides, arrastra consigo, situados en los puntos de equilibrio de Lagrange L4 y L5, por delante y por detrás de su órbita, una cohorte de asteroides: los troyanos.
Los gigantes Júpiter y Saturno y los planetas helados Urano y Neptuno podrían albergar vida en las zonas de sus atmósferas en las que la temperatura fuera favorable, pero es muy difícil por falta de soporte. De los cuatro satélites de Júpiter descubiertos por Galileo, Ganímedes, el mayor satélite del sistema solar, y Calisto, ambos de un tamaño comparable a Mercurio, están formados por roca, poseen océanos interiores, tienen algo de oxígeno y su temperatura en superficie está en torno a -150º C. Ío, el satélite más cercano a Júpiter de los galileanos, tiene una gran actividad volcánica con desprendimiento de azufre y de dióxido de azufre, que al disociarse, proporciona una débil atmósfera de oxígeno y azufre. Europa que, como Ío, es de un tamaño similar a la Luna, está formado por roca, hielo en superficie y agua en el interior donde se especula que pueda haber vida. Titán es el mayor satélite de Saturno y tan grande (o más) que Ganímedes; ha sido visitado por la nave orbital Cassini con la sonda descendente Huygens, que han encontrado que posee una atmósfera muy densa formada por nitrógeno, metano y otros hidrocarburos, así como lagos en la superficie del satélite que contienen metano y macromoléculas hidrocarbonadas producidas por acciones fotoquímicas. En Titán, como en Europa, se especula con la existencia de vida microbiana. Otro interesante satélite de Saturno estudiado por la nave Cassini es Encélado, de tan sólo 500 kilómetros de diámetro: Lanza erupciones de hielo y agua procedentes del agua líquida, con sales de sodio y potasio, existente en su interior. Encélado tiene, bajo una corteza de hielo superficial, un océano que está en contacto con el núcleo caliente, por lo que puede haber chimeneas hidrotermales que, como en la Tierra, soporten vida.
¿Irá la Humanidad, masivamente, a algunos lugares del sistema solar descritos? Todos, todos ellos, tan difíciles de conquistar ¿Y más lejos? Quién lo viera.

El debate de la inflación cósmica

En 1981, Alan Guth, un físico teórico y cosmólogo estadounidense, supuso que en el origen del Universo existió un campo uniforme de gravedad negativa al que denominó inflatón. Dicho campo hizo que el espaciotiempo se expandiese por un factor de 1026 (unos cien cuatrillones) durante 10-33 segundos, un tiempo inimaginablemente breve que, no obstante, es diez órdenes de magnitud mayor que el tiempo de Planck. Estas hipótesis intentaban salvar la singularidad a la que conducía la teoría general de la relatividad, con un Big Bang de densidad y temperatura infinitas. Era un intento de justificar el origen sustituyendo la interpretación clásica por la cuántica. Así, se supuso que la incertidumbre cuántica habría hecho fluctuar el valor del campo inflatón produciéndose la inflación cósmica. En consecuencia, la teoría del universo inflacionario supone que el génesis es un falso vacío (con presión negativa y antigravitación) en el que las fluctuaciones cuánticas pudieron conducir a la inflación, estirándose lo microscópico hasta lo macroscópico y creándose el Universo. Según la teoría del campo inflatón, la existencia de galaxias, estrellas, planetas y vida, deriva de la incertidumbre cuántica microscópica amplificada por la expansión inflacionaria; pero, como matiza Brian Green, el campo inflatón es hipotético y su existencia está por demostrar.
El proceso inflacionario habría dado lugar a variaciones de temperatura que quedarían impresas en la radiación cósmica del fondo de microondas (MO), dice Lee Smolin. En efecto, en 1913 el satélite Planck cartografió el fondo MO con mayor detalle que nunca y los datos se ajustaban a la teoría de la inflación. Como señalan Anna Ijjas, Paul Steinhardt y Abraham Loeb (ISL, Inv. Ci., abril 2017) “las fluctuaciones cuánticas en la concentración de la energía inflacionaria da lugar a materia y radiación, para acabar en galaxias merced a la gravedad”. No obstante, siguen diciendo esos autores, “la teoría (inflacionaria) no predice ni el número ni la disposición de las galaxias, ni la cantidad de materia, ni por qué tuvo lugar el Big Bang”. Además, insisten, “la inflación no sólo requiere unas condiciones muy difíciles de obtener, sino que resulta muy difícil de detener una vez que ha comenzado, debido a que las fluctuaciones cuánticas del espaciotiempo varían de un lugar a otro, creando inflación en unas zonas en un proceso sin fin (que conduce a la creación de) múltiples universos con características distintas”. Este es el multiverso del físico teórico ruso – estadounidense Andrei Linde, que tiene su justificación en que la energía oscura repulsiva provoca una inflación caótica eterna. Los autores ISL lo llaman despectivamente multiembrollo, porque no conduce a nuestro universo observable.
Por otra parte, ISL se preguntan si el Big Bang fue una explosión o un rebote, ya que en el rebote no hay inflación. Además, denuncian que la teoría de la inflación no es falsable, ningún experimento puede desmentirla, lo cual no es científico. Sir Martin Rees está de acuerdo con esta afirmación: “Las supercuerdas y la inflación están muy por delante de cualquier comprobación”, dijo. (Una de las múltiples versiones de la inflación establece la relación entre ella y la teoría de cuerdas: ambas conducen al multiverso). Para ISL la teoría inflacionaria no tiene más apoyo que el principio de autoridad. Y este llegó en masa.
El físico español Juan García – Bellido (JGB) afirma contundentemente en el mismo número de la misma revista: “El paradigma inflacionario goza de mejor salud que nunca. Las críticas vertidas contra él resultan falaces y sus alternativas poco creíbles”. Ante la afirmación de ISL de que las desviaciones con respecto a la invariancia de escala de los datos del satélite Planck son minúsculas, JGB responde que no es cierto que los modelos típicos de inflación predigan variaciones de temperatura distintas de las observadas. Con respecto a la detección de las ondas gravitatorias (o gravitacionales), los medios de comunicación se hicieron eco de la satisfacción mostrada por Guth y de su desilusión cuando se publicó que eran debidas a colisiones entre agujeros negros y no eran ondas primordiales generadas durante la inflación. JGB justifica que la huella de las ondas gravitatorias primordiales en el fondo cósmico es aún demasiado pequeña para detectarla. Sobre el rebote, JGB afirma que necesita un ajuste fino más restrictivo que las condiciones iniciales requeridas para la inflación. Y sobre el multiverso dice que no es más que la realización natural a gran escala de las anisotropías del fondo de microondas.

En la revista Investigación y Ciencia no tardó en aparecer un artículo de contestación a ISL firmado por treinta y tres físicos, encabezados por Guth y Linde, en el que aparecen líderes tan notorios como Hawking, Lisa Randall, Susskind, Weinberg, Wilczeck o Witten, entre otros. ¡Todo un golpe de autoridad! Afirman que la inflación es un paradigma dominante en cosmología, como lo confirman los catorce mil artículos que contienen el término en el título o en el resumen. Aseguran que es verificable (pero no lo juran) y que ha sido sometida a un gran número de pruebas que ha superado. Reivindican con gran énfasis que la teoría predice la geometría plana del Universo a gran escala, confirma su homogeneidad y la existencia de fluctuaciones adiabáticas, así como la polarización de los fotones del fondo MO (¿no era un efecto del polvo de la galaxia?). Si hay multiverso, escriben, la inflación serviría para nuestro universo visible. Y hacen una aserción un tanto ingenua: La teoría del Big Bang no explica por qué el Universo presenta una densidad de masa casi igual a la crítica, pero el BB es aceptado, ¿por qué la inflación no lo es, sin reservas?, ¿lloriquean? Dignos: “La teoría de la inflación tiene más de treinta y cinco años, pero nadie dice que esté probada. Va avanzando”.
¡Tantos interrogantes! El influyente físico matemático británico Sir Roger Penrose afirma que un Universo plano sin inflación es más probable que con ella. Además, ¿dónde están los monopolos magnéticos, esos monstruos de enorme masa y tamaño diminuto que deberían haber subsistido al Big Bang? ¿Por qué la antimateria es tan minoritaria? ¿Es suficiente afirmar que la gran fluctuación cuántica que genera el Universo se consigue cuando el falso vacío cumple unas condiciones satisfactorias? La inflación eterna y el multiverso, que suponen un conjunto infinito de resultados, hacen que la inflación no pueda ser probada observacionalmente. Los autores ISL creen que “los cosmólogos deberían considerar nuevas opciones sobre el inicio del Universo”. (¿Es que ellos no se consideran cosmólogos?).

Multiverso

Algunos cosmólogos suponen que el universo donde vivimos no es el único, sino que es uno más entre los muchos mundos existentes. Max Tegmark (nacido en Suecia en 1967) distingue un multiverso procedente de la inflación cósmica, otro derivado de la inflación caótica eterna, que origina una enorme red de universos burbuja, un multiverso cuántico y otro matemático. Brian R. Greene (New York, 1963) clasifica nueve diferentes multiversos según los diversos aspectos que los caracterizan. Veamos de donde procede tanto universo.
En la inflación cósmica, algunos interpretan que ciertas regiones podrían haber detenido su expansión exponencial antes que otras, lo que justificaría que se formasen un número infinito de universos burbuja, uno de los cuales es el nuestro. Alan Guth, el pionero de la inflación, dijo que “la mayoría de las versiones de la teoría de la inflación predicen que no hay un solo universo”. Para justificar la existencia de tantas versiones manifestó: “La física fundamental del multiverso debería ser la misma pero, como dice la teoría de supercuerdas (que es la teoría de cuerdas con supersimetría), no hay un solo tipo de vacío (que no es algo sin nada sino lleno de campos de partículas de Higgs) y la naturaleza de cada universo depende de cómo sea su vacío. Según esto, habría muchos tipos de cosmos”.
La física interpreta el Universo desde el punto de vista clásico de la teoría de la relatividad y desde la perspectiva cuántica. La obtención de una imagen del Universo que aúne las dos interpretaciones, la gravedad y los cuantos, se ha demostrado inasequible excepto para la teoría de cuerdas. Para Leonard Susskind (New York, 1940), descubridor de la teoría junto al japonés – estadounidense Yoichiro Nambu (1921 – 2015), entre las innumerables soluciones que ofrece dicha teoría están las que consiguen unificar la gravedad con las otras fuerzas de la naturaleza. Las soluciones son tantas que se puede establecer un ‘paisaje’ de universos que responden a leyes físicas diferentes, y algunos de ellos son similares al nuestro. Pero Lee Smolin (New York, 1955) afirma que no se puede creer en una teoría que no tiene ni una sola predicción para un experimento real que sirva para refutarla.
La teoría M unifica las cinco teorías de cuerdas previas. Puede haber membranas M de hasta nueve dimensiones más el tiempo. Edward Witten (Baltimore, 1951) incluye un dimensión adicional de supersimetría. Las branas de una dimensión son cuerdas, las de dos dimensiones son hojas de energía. Nuestro universo sería una gran brana tridimensional que flota en paralelo con otros universos brana. Las colisiones entre estos mundos pueden destruirlos, dando comienzo a un nuevo multiverso ‘cíclico’ de universos brana paralelos.
En el multiverso cuántico, interpretación cuántica del multiverso, no hay predicción. Como dice Alan Guth, “en un universo eternamente sometido a inflación, cualquier cosa que pueda ocurrir, acabará ocurriendo; de hecho ocurrirá un número infinito de veces”. Según la interpretación de los ‘muchos mundos’ de Hugh Everett (Washington, 1930 – 1982) cualquier predicción ocurrirá en nuestro universo o en otro, ya que los universos coexisten en un espacio de probabilidades. Según Yasunori Nomura (Japón, 1974), “los múltiples universos burbuja producidos por la inflación no existen simultáneamente en el espacio real: tan solo coexisten en el espacio de probabilidades, es decir, como posibles resultados de observaciones efectuadas por personas que viven en cada mundo”. La interpretación de ‘muchos mundos’ tiene la ventaja de que la función de onda no colapsa porque el universo se ha partido en dos: el gato de Schrödinger está vivo en un universo y muerto en otro.
En el multiverso holográfico, nuestro universo podría ser un holograma, una mera proyección, según Juan Martín Maldacena (Buenos Aires, 1968). Como en la caverna de Platón, nuestras percepciones no son más que un débil indicio de una realidad mucho más rica que está fuera de nuestro alcance. El principio holográfico dice que la cantidad de información en una determinada región es proporcional al área de su superficie. Extrapolando, podríamos suponer que todo lo que experimentamos en nuestro universo es un reflejo de las leyes y procesos que actúan en la frontera. Sabemos que un holograma da toda la información tridimensional en solo dos dimensiones, es decir, en un plano ¿Es nuestro universo un holograma de universos de más dimensiones? ¿Hay universos de cinco dimensiones flotando a un milímetro de distancia del nuestro? ¿Puede estudiarse nuestro universo con las matemáticas más sencillas de otro de cinco dimensiones? Son preguntas que se hace el bueno de Michio Kaku.
¿Será posible simular el universo con ordenadores cuánticos en el futuro? Así lo asegura el informático Seth Lloyd (‘americano’ de 1960). Dice que el universo es un procesador de información gigantesco que es capaz de computación, por lo que deben surgir sistemas complejos como la vida. Las fluctuaciones cuánticas, afirma, realizan la programación del universo. Steven Pinker (Montreal, 1954) disiente: el computador nos dirige hacia el orden, ¿dónde entra el desorden? El segundo principio de la Termodinámica enuncia que la cantidad total de información en el sistema nunca disminuye: si hay orden aquí, habrá desorden allá.
Sobre la existencia real de un universo matemático, Tegmark lo tiene claro: “todas las estructuras que existen matemáticamente, también existen físicamente”. Greene también: “todo universo posible es real”. Para Greene, está resuelto el dilema de si las matemáticas se descubren porque son la naturaleza misma, o se inventan, es decir, no son reales porque el lenguaje matemático creció con nuestra adaptación biológica. Él decide que así como Einstein confió en sus ecuaciones de la relatividad, así como Dirac predijo la existencia de la antimateria (el positrón) desde una solución de su ecuación, “las matemáticas, todas, son la realidad”. Y añade que “la teorización matemática puede guiarnos a verdades ocultas (como el multiverso)”.
Las opiniones contrarias a la teoría de cuerdas y al multiverso son abundantes, desde las dudas de una investigadora en la teoría de universos como Lisa Randall (“no sé si vamos a encontrar pruebas de que existen otros universos”), hasta las críticas de la física experimental griega Maria Spiropulu: “No deberían confiar en deducir la unicidad del Universo partiendo de un conjunto infinito de soluciones de una bella ecuación. Se debería partir de las medidas en el Universo y tratar de encontrar la ecuación que lo describe”. Porque como dice Smolin, ¿cómo experimentar en la escala de Planck donde la longitud, por ejemplo, es 10 (exp)20 veces menor que el núcleo atómico? Sheldon Glashow remacha: “como en la Edad Oscura, nuestra búsqueda puede terminar en actos de fe”.

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