Mujica, Cortázar y Borges: Citas y anotaciones de las obras de grandes escritores (7)

El bonaerense Manuel ‘Manucho’ Mujica Láinez descendía de los Mujica de Villafranca de Oria (Guipuzcoa), transformados en estancieros argentinos, y de los Láinez, de la alta burguesía de Buenos Aires. Tras cursar dos años de Derecho y ser funcionario del Museo del Arte, fue corresponsal del diario La Nación hasta su jubilación. En su infancia fue mimado por las mujeres de su familia, como expone en la ficción de su novela ‘Los Ídolos’. A pesar del ambiguo erotismo que muestra en sus obras y de su casi evidente homosexualidad, hizo una boda aristocrática y vivió como un aristócrata decadente; para la izquierda, como un símbolo detestable de la sociedad. Fue un dandi que se paseaba por Buenos Aires «rodeado de adláteres y efebos vestido con elegancia extravagante» y que vivió con Borges «el declive de su clase y la lucidez para atestiguarlo». Ortega y Gasset, que convivió una temporada con los bonaerenses, hizo un retrato del burgués prototipo: «demasiado repulido, sólo fachada, superlativamente frívolo, nos muestra su posición social como se muestra un monumento, una vida imaginaria…» La última publicación de su vida, ‘Un novelista en el Museo del Prado’, la escribió en su estancia ‘El Paraíso’ apartado ya de los exhibicionismos. En ella saca a paseo nocturno a los personajes representados en los cuadros del museo. El antiguo funcionario del Museo del Arte demuestra un exhaustivo conocimiento del Prado y su preferencia hacia Velázquez, Goya, Bosch y Durero. Mujica murió en 1984, setenta y cuatro años después de su nacimiento.

CORTÁZAR

Mucha mayor relevancia internacional que Mujica tuvo su compatriota Julio Cortázar Denis, nacido en Bruselas en 1914, hijo del agregado cultural de la embajada argentina. Estudió magisterio, tradujo a Poe, Defoe y Yourcenar y fue profesor de literatura de instituto hasta que se marchó a Francia a la llegada del peronismo. Su obra cumbre, ‘Rayuela’, es una antinovela experimental en la que pide al lector que empiece por donde quiera. Más asequibles son sus cuentos, algunos de los cuales han sido utilizados por directores eminentes para escribir los guiones de sus películas. Antonioni se basó en ‘Las babas del diablo’ para su ‘Blowup’ (ampliación fotográfica que cambia el significado de la acción), y Chabrol en ‘Los buenos servicios’ para su ‘M. Bébé’. ‘El perseguidor’, un cuento basado en los últimos días del saxo alto Charlie ‘Yardbird’ Parker, creador del bebop jazz, lo usó Clint Eastwood para su película ‘Bird’. Cortázar murió en 1984, setenta años después de su nacimiento.

BORGES

En 1986 muere un intocable sin premio Nobel: el poeta, narrador y ensayista argentino Jorge Luis Borges, ciego total desde los cincuenta y cinco años de edad (murió a los ochenta y siete). En España se apuntó, junto a César Vallejo, Gerardo Diego y otros, al movimiento ultraísta, en contra del modernismo de la generación del 98, pero lo abandonó después. No logró el reconocimiento internacional hasta que fue muy mayor: en 1961, cuando ganó el premio Formentor compartido con Samuel Beckett. Para algunos de sus ensayos, más bien cortos, de un centenar de pequeñas páginas con grandes letras, llenos de citas y abundante bibliografía, utiliza títulos espectaculares, como ‘Historia Universal de la Infamia’ o ‘Historia de la Eternidad’. En estos dice que «lo esencial del universo es la vacuidad» y admite que, en su juventud, había sentido la eternidad en una esquina perdida de Buenos Aires. (¡Merecería tantas y tan extensas citas!).

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