Beckett y Calvino: Citas y anotaciones de las obras de grandes escritores (29)

BECKETT

El irlandés Samuel Beckett (1906 – 1989), profesor de francés en Dublín y de inglés en París, donde colaboró con la resistencia francesa durante la guerra, escribió en las dos lenguas en ensayos sobre Joyce, con quien se relacionó como secretario y amigo, y sobre Proust. Se negó a ir a Estocolmo a recibir el premio Nobel de literatura en 1969, pero lo aceptó.

En su obra de teatro más conocida, ‘Esperando Godot’, dos individuos que han sido arrojados al mundo sin haberlo pedido, mantienen diálogos para besugos:

«E.- ¿Puedo ayudarle? P.- Quizá, si me lo pidiera. E,. ¿Qué? P.- Si me pidiera que volviera a sentarme. E.- ¿Eso serviría de algo? P,- Creo que sí. E.- Pues bueno. Vuelva a sentarse, señor, se lo ruego. P.- No, no, no merece la pena. (En voz baja). Insista un poco.»

En la obra ‘Fin de partida’, el escenario es una habitación circular con dos ventanas (¿el interior del cerebro?), donde un personaje ciego e impedido, un hombre robótico y una pareja de ancianos sin piernas que viven en dos cubos de basura con tapa, discurren sobre su disolución.

En ‘La última cinta de Krapp’ narra las añoranzas de un viejo que recuerda cosas como esta: «Sus ojos eran como líneas por culpa del sol. Me incliné sobre ella para darles sombra y se abrieron. Déjame que te la meta».

En sus novelas ‘Molloy Malone muere’ y ‘El innombrable’ trata de la desesperación de vivir una vida confusa donde todo es borroso: «Poco importa que haya nacido o no, que haya vivido o no, que esté muerto o solo agonizante, haré lo que siempre he hecho, en ignorancia de lo que hago, de quién soy, de dónde soy, de si soy.»

(¿Era D. Samuel avieso en la crítica?)

CALVINO

En 1985 desaparece el periodista de L’Unitá, cuentista y novelista italiano Italo Calvino, nacido en Cuba en 1923. Su mayor éxito internacional fue ‘Nuestros antepasados’, tres cuentos o fábulas entre la realidad y la imaginación.

En la novela ‘El vizconde demediado’, un hombre partido verticalmente en dos por una bala de cañón es mitad bueno y mitad malo, y acaba reunido por el amor de una campesina.

En ‘El caballero inexistente’, Carlomagno presenta a los personajes: «Este súbdito que existe pero que no sabe que existe (el escudero), y ese paladín mío que sabe que existe y en cambio no existe (el caballero, una armadura blanca vacía)». Además, aparecen el joven que busca las pruebas del existir y otro joven para quien el ser es más que uno mismo.

‘El Barón rampante’ es un niño desobediente que a los doce años se sube a un árbol y no baja, pululando por los bosques hasta su muerte a los sesenta y pico. Participa desde arriba en los acontecimientos sociales: piratas, masonería, revolución francesa, sexo, amor…

(¿Gustaba D. Italo de la crítica desde el absurdo?)

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