Tres grandes accidentes nucleares y sus consecuencias.

El mayor accidente nuclear ocurrido en EEUU tuvo lugar en 1979 en la central Three Miles Island (Harrisburg, Pa.). Una serie de errores condujo a una pérdida del agua refrigerante del interior del reactor 2, con lo que éste quedó parcialmente expuesto y el zirconio del combustible, atacado por el vapor sobrecalentado, formó gas hidrógeno que produjo explosiones que provocaron el escape a la atmósfera de gases radiactivos. Las consecuencias para la salud de los habitantes de la zona no fueron muy grandes, pero el accidente tuvo una gran repercusión en la industria nuclear de los EEUU. Se cerraron temporalmente siete reactores análogos y se interrumpieron las licencias de construcción de otros nuevos. Paralelamente, aumentó el miedo a la energía nuclear en todo el mundo.

El peor accidente ocurrido en una central nuclear tuvo lugar en abril de 1986 en Chernóbil, población situada a 104 kilómetros al norte de Kiev (Ucrania). La central, acabada de construir en 1983, constaba de cuatro reactores capaces de producir, cada uno, mil megavatios de potencia eléctrica. En un ensayo del funcionamiento del cuarto reactor, los técnicos cerraron varios sistemas y retiraron todas las barras del núcleo para que el reactor siguiera funcionando al 7% de potencia y la reacción en cadena se descontroló. Se produjeron varias explosiones que volaron la cubierta de acero y cemento del reactor. La expulsión a la atmósfera de unas ocho toneladas de material radiactivo, que fueron transportadas por las corrientes de aire a grandes distancias (al día siguiente se detectaron en Suecia niveles radiactivos anormalmente altos), tuvo consecuencias muy graves: dos personas murieron en la explosión, veintinueve por la exposición a la radiación (600 rads o más producen la muerte) y doscientos enfermaron de gravedad (400 ó 500 es una dosis letal para el 50% de la población); decenas de miles de personas fueron evacuadas; el suelo en un radio de unos treinta kilómetros desde la planta quedó severamente contaminado. Además, dosis de radiación inferiores pueden tener efectos tardíos y producir un conjunto de neoplasias, tales como leucemias, cánceres de tiroides y de glándulas salivares, de pulmón, de huesos y de mamas. El miedo a las plantas nucleares y las manifestaciones de protesta se extendieron por toda Europa.

En el año 2011 un terremoto al que siguió un tsunami en la costa de Japón inundó los sótanos de la central nuclear de Fukushima, causó pérdidas de refrigerante del reactor, lo que produjo explosiones de hidrógeno que tuvieron como consecuencia emisiones de elementos radiactivos que obligaron a la evacuación de cientos de miles de habitantes de las zonas de alrededor de la planta. Dicen que hubo muertes prematuras entre las personas que no abandonaron sus hogares. Gran cantidad de aguas contaminadas fueron liberadas al Océano Pacífico.

¿Consecuencias de los graves accidentes nucleares? Hoy en día siguen funcionando algo más de 400 centrales nucleares en el mundo, con las grandes naciones en cabeza: EEUU, Rusia, Japón, China, Francia… Y es que la energía eléctrica producida a partir de las reacciones nucleares es más barata. Solo algunos países, entre ellos España, promueven el cierre de las centrales en producción. Y un científico tan valorado como James Lovelock dice que la energía nuclear es un mal menor ¡Ah, si contásemos con la fusión nuclear!

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