En los últimos tiempos, los pequeños cambios en la Iglesia han venido determinados por el carácter del Sumo Pontífice. En este sentido, conviene recordar al ultraconservador Pío IX (pionono), que detentó el papado más largo de la historia (treinta y dos años que finalizaron en 1878) lo que le dio oportunidad para castrar centenares de esculturas en el Vaticano (sustituyendo los penes por hojas de parra de escayola), y para promulgar el dogma de la Inmaculada Concepción de María (sin intervención de varón alguno) y el dogma de la infalibilidad papal (su propia infalibilidad).
Después de los dos papas antitéticos, Pío XII y Juan XXIII, hubo un año, el 1978, en el que coincidieron tres papas. Pablo VI (Giovanni Battista Montini, 1897- 1978) anterior director espiritual de futuros destacados políticos como Aldo Moro en la Universidad de Roma, arzobispo de Milán en 1954 y cardenal en 1958, fue elegido Papa en 1963, un Papa peregrino que estuvo hasta en Asia. La ultraderecha le tachó de marxista por su encíclica Populorum Progressio, en la que defendía la justicia social, aunque, como conservador , se mostraba a favor del celibato sacerdotal y en contra de los métodos artificiales de la prevención de nacimientos. Juan Pablo I (Albino Luciani, 1912-1978) escogió el primer nombre compuesto de la historia en honor a sus dos inmediatos antecesores. De familia pobre, fue arzobispo de Venecia en 1969 y cardenal en 1973. Una vez elegido Papa murió de misteriosa muerte tras treinta y cuatro días de cortísimo papado ¿Había amenazado con destapar delitos financieros del Vaticano? ¿Había propuesto dejar los palacios e irse a vivir a un barrio obrero? Apareció muerto en su cama, donde faltaban sus medicinas, zapatillas y testamento ¿Fue envenenado? (Esto parece pura tradición borgiana). El tercero de los papas de 1978 fue Juan Pablo II (Karol Woytila 1920- 2005). Polaco, primer Papa no italiano desde hacía 436 años. Profesor de filosofía, ferviente anticomunista, arzobispo de Cracovia en 1964 y cardenal en 1967. Beatificó a Pío XI y él fue santificado por el Papa Francisco.
Después llegaron el contemporizador Ratzinger (Benedicto XVI) que pretendió arreglar los delitos del banco Vaticano y acabó dimitiendo, caso insólito, por problemas de salud, y el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio (1936-2025), que adoptó el nombre de Francisco en memoria del pobrecito de Asís. Hombre próximo a la ecología, hablaba con un lenguaje tímidamente evangélico. Pretendió conseguir una mayor transparencia financiera, tuvo que afrontar los graves casos de pederastia de muchos sacerdotes, sustituyó poderosos obispos conservadores por otros más moderados y nombró un grupo de cardenales de los cinco continentes para tratar de la reforma de la curia. Ahora rige la Iglesia Católica un estadounidense de Chicago nacido en 1955 de nombre Robert Francis Prevost. Fue misionero en Perú, donde alcanzó el obispado. Es agustino y atiende por León XIV ¿Mantendrá y expandirá los propósitos del papa Francisco?