Opus Dei

En 1975 muere monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, nacido en Barbastro (Huesca) en 1902. Después de estudiar leyes y ejercer el periodismo se ordenó sacerdote y fundó, en 1928, la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Obra de Dios, conocida como Opus Dei y aprobada por la Iglesia Católica en 1950. Sus estatutos la definen como un instituto secular dedicado a adquirir en el siglo la perfección cristiana y ejercer el apostolado. Y también (demostrando su elitismo) a trabajar con todas las fuerzas para que la clase que se llama intelectual -que es guía de la sociedad tanto por la instrucción como por los cargos que ejerce- abrace los preceptos de Cristo y los lleve a la práctica. Los socios operan individualmente o por medio de asociaciones. (Pese a la pretensión de su independencia de la política, hasta diez de los diecinueve ministros de un gobierno de Franco pertenecieron al Opus). Los socios se dividen en varias categorías: los numerarios, sacerdotes y seglares solteros (aunque los cargos directivos principales han de reservarse por lo común a los sacerdotes); los oblatos, solteros y libres; y los supernumerarios, casados o solteros. Todos ellos deben hacer votos de pobreza, castidad y obediencia de distinta duración según su categoría. Además están los cooperadores, que rezan y dan limosnas al instituto. La organización es piramidal: existen gobiernos locales, regionales y general en cuya cúspide está el Padre, que tiene potestad ordinaria, social, gubernativa y dominativa sobre sus subordinados.

El instituto tiene también una sección de mujeres, radicalmente separada de la sección de hombres. No son religiosas, no aportan dote ni usan hábito. Hay numerarias y numerarias sirvientes (el servicio doméstico), oblatas y supernumerarias, todas dirigidas por el Padre, el secretario general y otros.

Se supone que el instituto ha llegado a una cifra de varias decenas de miles de miembros distribuidos en cerca de noventa países. Su fundador y Padre ha alcanzado la santidad después de demostrarse oficial y evidentemente que hizo milagros (actos de poder divino, superior al orden natural y a las fuerzas humanas). Tras su muerte, el instituto se transformó en prelatura, con un prelado en la cúspide adjunto al Papa de Roma.

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